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El Bienestar Equino: Volver a lo Natural

  • Apr 23
  • 2 min read

En los últimos años, el término bienestar equino ha ganado popularidad. Lo escuchamos en congresos, lo vemos en campañas de marketing y en etiquetas de productos. Pero, ¿qué significa realmente el bienestar para el caballo desde su propia perspectiva? No desde la del humano que proyecta sus deseos o necesidades, sino desde la del animal que ha evolucionado en libertad, en manada, y con una complejísima vida emocional y social.


Escuchar al caballo sin domesticar su esencia

Durante más de 20 años he observado caballos salvajes en diversas partes del mundo: en las montañas de Perú, en el altiplano de Venezuela, en el desierto. Todos ellos comparten un patrón común: tienen necesidades claras, inalterables por la cultura humana. Necesitan espacio, compañía equina, movimientos libres, una dieta sencilla y, sobre todo, la posibilidad de elegir.

El bienestar no puede nacer de la coerción. No hay bienestar en la obediencia forzada ni en la sumisión vestida de "adiestramiento positivo". Un caballo que vive atado, solo o limitado por herramientas de control –por más suaves que parezcan– no está en bienestar. Está resignado. Y la resignación, aunque nos parezca tranquila, no es sinónimo de paz.


Manada, movimiento y libertad

El caballo es un animal social, de paso constante, nómada por naturaleza. Su psicología no está diseñada para la vida en box/caballeriza/cuadra ni para la soledad. En la naturaleza, caminan entre 20 y 30 kilómetros diarios, exploran, se relacionan, resuelven conflictos y disfrutan de largas sesiones de descanso junto a sus compañeros.

Un caballo con bienestar es un caballo que puede decidir: cuándo comer, cuándo correr, cuándo interactuar y con quién. La falta de esta libertad genera neurosis, estereotipias y problemas de comportamiento que luego el humano pretende corregir sin entender la causa raíz: el confinamiento y la incomprensión.


Paola Arreola & Lucy Rees 2024
Paola Arreola & Lucy Rees 2024

Comprender para convivir

No propongo una vuelta romántica al “salvajismo”, sino una convivencia respetuosa, informada por la etología. Observar al caballo libre nos enseña lo que necesita el caballo domesticado: no tanto tecnología, ni herramientas, sino comprensión.

Cuando lo miramos con humildad –dejando atrás nuestro ego de entrenadores, jinetes o terapeutas–, descubrimos que el caballo tiene una sabiduría ancestral que nos habla de equilibrio, de calma y de autenticidad. Pero debemos callar nuestros métodos por un momento y aprender a leer su lenguaje: un lenguaje de orejas, de miradas, de movimientos sutiles y de silencios que dicen más que mil palabras.


Una nueva forma de estar con caballos

El verdadero bienestar equino no se compra, se cultiva. Nace de una relación basada en el respeto y la confianza, no en la dominación. Cambiar nuestro paradigma –de tener al caballo a estar con el caballo– puede parecer pequeño, pero transforma profundamente nuestra relación con ellos.

No se trata de ser "naturales" como moda, sino de ser verdaderamente humanos en nuestra forma de acompañar a este ser noble que, desde hace milenios, camina a nuestro lado. No lo traicionemos ahora con métodos que ignoran su alma.


Paola Arreola Instagram @paomaha



Caballo inspeccionando materiales de Coaching con Caballos
Caballo inspeccionando materiales de Coaching con Caballos

 
 
 

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